viernes, 18 de noviembre de 2011

Capitulo 7. Cero

Era joven, desde que tenia 5 años solo hacia juguetear por aquella calle, la calle donde había crecido. Me encontraba en esa calle, reviviendo viejos tiempos, y esperando compañía, aquella persona que me ha acompañado desde muy joven siendo mi fiel compañera en los mejores y en los peores momentos. Cuando tenia solo 5 años llegue por primera vez a esta calle, a mi nueva casa, donde pasaría toda mi juventud, aquella que me haría ser lo que soy ahora mismo. Cuando llegue, me parecía todo extraño, no tengo recuerdo de mi anterior etapa pero por lo que me han contado vivía en el campo, ese cambio de campo a ciudad consiguió introducirme en la sociedad. Comencé a ir al colegio que había cercano a mi casa, se llamaba Escuela Publica Don Ricardo Maestre, hay pase la mayoría de mi etapa estudiante, soy un chico de sacar buenas notas, siempre me ha gustado estudiar, cosa que a la gente le parecía raro, pero a mi lo que dijera la gente no me importaba en absoluto mi importancia estaba en ella, esa chica que vivía al lado de mi casa, y que por suerte estuvo en mi clase durante toda la etapa del colegio, la mala suerte vino cuando pasamos al instituto que ella se fue a otra ciudad, desde entonces no la he vuelto a ver, hasta hoy, después de 4 años sin vernos volveré a verla, no se como será, que actitud tendrá, pero no creo que haya cambiado, ella nunca cambiaria.

Allí continuaba, sentado en una pequeña cafetería situada en frente de mi antigua casa, eran aproximadamente las 16:00, y había quedado con ella sobre las 16:30. Había llegado tan temprano con la intención de volver a recordar aquellos recuerdos de niño, aquellas partidas de fútbol que jugaba con mi amigo Andrés y con Carlos, nos lo pasábamos genial, éramos inocentes, ahora no se que les habrá pasado, he estado en sus antiguas casas pero ya no viven ahí se mudaron después de que yo me fuera a estudiar a la capital. Tantos recuerdos me hicieron pasar la noción del tiempo…

-Perdona, ¿eres Jake?
-El mismo, veo que has cambiado mucho. –sonreí abiertamente y ella hizo lo mismo-
-¿Yo?, que va, el que has cambiado eres tu.
-Vale, lo admito, porque si no nos podríamos tirar horas y horas con lo mismo.
-Estoy de acuerdo contigo.
- -ella se sentó enfrente mía- ¿y que es de tu vida?
-Nada fuera de lo común, continuo viviendo en la capital, pero de vez en cuando me gusta darme una escapadita. ¿Y tu?
-Yo ahora vivo en Galicia, un tiempo algo inestable, pero me gusta aquel ambiente. ¿Continúas estudiando?
-Bueno… alguna cosilla que otra hago, con el paso del tiempo algo se aprende.
-En eso te doy toda la razón, ahora que me acuerdo en esta calle también vivían otros amigos tuyo, ¿no?
-Si, aquí vivían Andres y Carlos, ¿te acuerdas de ellos?
-Para no acordarme si siempre se os daba por tirarme cosas en clase
-Yo nunca era –refunfuñe-
-Eso era lo que tu decías, pero no me lo creía entonces ni me lo sigo creyendo – y empezó a reírse –
-Pues yo no le veo la gracia, si es que era verdad, yo nunca te he tirado nada – volví a refunfuñar –
-Vale, vale, te creeré por esta vez, no creo que sigas siendo un niño chico
-Bueno… todavía queda algo en mi de aquel pequeño niño, pero lo mas infantil se paso.
-Te parece, que sigamos hablando mientras damos una vuelta por este lugar, quiero recordar viejos tiempos.
-Yo también necesito volver a recrear tiempos pasados.

Me levante de la silla antes de que ella lo hiciera, y le ayude a levantarse de la silla de forma educada, ella me lo agradeció con un sonrisa. Salimos de aquella para dar una vuelta a la manzana, el primer sitio donde estuvimos fue en el colegio, aquel lugar nos recordaba bastante tiempo pasado, aquellos profesores que nos cogían manías, aquellas partidas de fútbol en el recreo, aquellos días de lluvia y de ‘fiestas’ si es que se puede decir así, cuando vimos la antigua puerta del colegio sentí nostalgia de aquel lugar, y pienso que ella sentía lo mismo que yo, porque esbozo una sonrisa en su cara, pienso yo que rememorando viejas batallitas en aquel lugar, para ella el lugar de su infancia, para mi además el ultimo lugar donde estuve con ella, mi pensamiento era: ¿Pensara ella al igual que yo?, pero eso no lo podía saber por que no soy vidente.

Nuestra segunda parada fue la antigua biblioteca municipal, detrás de ella había un gran prado llena de flora extraña que solo nacía en ese lugar, de chicos nos gustaba ir a aquel lugar y correr por el prado, terminando tirados en aquel lugar, respirando aire limpio y disfrutando de aquella juventud que terminaría por pasar.

Nuestra tercera parada fue el viejo parque del pueblo, donde en el centro se encontraba una vieja estatua de la cual ya brotaban flores, al llegar a dicha estatua nos paramos.

-Jake, ¿crees que volveremos a vivir en este pueblo?
-Pues, no lo se, pero realmente me gustaría volver aquí..
-A mi también me encantaría volver…
-Supongo que nuestro destino terminara determinando donde acabaremos.
-Creo que es hora de dejarnos de rodeos…
-¿Rodeos?, ¿a que te refieres?
-No te parece raro que te llame para volver a vernos en el mismo lugar donde comenzó todo…
-¿Raro?, ¿mismo lugar donde comenzó todo?. No lo entiendo.
-Todo esto tiene una sencilla explicación.
-…
-¿Confías en mi Jake?
-¿Acaso lo dudas?.
-No digo que lo dudes, solo te pregunto que si confías en mi.
-Si, confío totalmente en ti.
-Pues te pido que te vengas conmigo a Galicia.
-Espera, ¡¿Qué?!
-Quiero que te vengas conmigo a Galicia.
-¿Y esto a que viene?
-Te lo explicare cuando estemos allí, pero necesito que vengas conmigo.
-Te he dicho que confiaría en ti, pero por lo menos explícame algo.
-Ahora mismo no puedo, necesito que me hagas caso.
-Pero… yo tengo mi casa en Madrid, mis estudios y todo.
-Lo se… pero esto es mas importante.
-…
-Necesito una contestación, por favor, hazlo por mi.
- - tarde unos segundos en reaccionar – Veo que si es importante.
-En efecto, te lo contare todo allí.
-Confío plenamente en ti Ángela, pero primero debemos de ir a Madrid a por unas cosillas.
-Vale, acepto. – y me sonrió y acto seguido me abrazo fuertemente -.

martes, 8 de noviembre de 2011

Capitulo 6. Latidos

Sonaron campanas de duelo, eran las 12.00 de la mañana, me encontraba en el cementerio al sur de la ciudad, aquel lugar donde Ángela seria enterrada. Cinco minutos después de que pasara el mediodía apareció el coche que contenía el féretro. No sabia como iba a reaccionar cuando lo viera,  me encontraba al final de todo el mundo, apoyado en un pino que se hallaba plantado en aquel cementerio. Iba vestido totalmente de negro, llevaba unas gafas de sol, no tenia nadie que saber por lo que estaba pasando, era cosa mia.
Comenzaron a bajar el féretro del coche, se acercaron rápidamente seis hombres para cogerlo, y ponerlo sobre sus hombros, el rostro de sus padres cuando vieron el féretro siendo llevado por aquellos hombres en dirección a la tumba que había sido cavado, era desolador, no paraban de llorar y de abrazarse el uno con el otro, como símbolo de unanimidad.
El féretro fue colocado en su posición para que fuera celebrada la misa de duelo en honor a Ángela…
La misa duro media hora aproximadamente, no permanecí atento, no podía parar de mirar con los ojos vacíos a ese féretro, en el cual se encontraba mi razón de existencia después de la muerte de todos los familiares que tenia. Sentía rabia de saber que ella había estado tan cerca de mi y no me había atrevido a decirle nada, ni si quiera un simple hola, solamente estaba pensando en mi mismo, en aislarme de todo el mundo, en intentar conseguir que nadie fuese  mi amigo, disiparlos a todos.
Llego el momento del entierro, el féretro se introdujo en el agujero del suelo y fue descendiendo lentamente, tan lentamente como latía mi corazón, cada vez parándose más y necesitando cada vez mas aire.
Concluido el ‘acto’ permanecí apoyado sobre aquel pino durante un largo rato. Durante ese tiempo se acerca un hombre hacia mi.

-Que pena lo de Ángela, ¿no?
-…
-Pobre, no se merecía esto.
-… - mantenía mi mirada ahora hacia la lapida que contenía su nombre –
-¿No te acuerdas de mi?
-¿Acaso debería?...
-Soy la persona que se encontró contigo en el hospital.
-¿Y que relevancia tiene eso?
-Supongo que intentas espantarme, veo que Ángela era muy importante para ti.
-Ni te lo imaginas.
-¿Amistad?¿Amor?
-Mas que eso
-Pues si que era fuerte.
-…
-¿Dónde vives?
-Por el Norte de la ciudad
-¿Tienes coche para ir hasta allí?
-No, prefiero ir solo y andando.
-Directo y sin incisos, pero he de volver a intentarlo. ¿Te llevo?
-He de repetírtelo, prefiero ir solo y andando
-Pues si que estas muy tocado, bueno, por lo menos vamos a presentarnos, yo me llamo Kevin – y acerco la mano hacia mi –
-Yo no se como me llamo – y me gire y empecé a andar –

Estuve caminando durante una hora hasta llegar al portal de mi casa, durante ese trayecto me encontré con personas que pretendían acercarse a mi afectivamente, pero yo pasaba de ellos continuando mi trayecto, en esos momentos solo podía pensar en como había sido mi vida desde que había nacido hasta ahora mismo, y me di cuenta de que realmente no recordaba nada de mi infancia, mis recuerdos eran vagos, solo recordaba a partir de los 5 años, donde fui criado por una familia adoptiva bastante buena, me trataban como si de un hijo de sangre se tratase, mis padres adoptivos se llamaban Richard y Michelle, eran de Inglaterra, mas concreto de Londres, digo eran porque murieron en un accidente de coche… Solo tengo cosas trágicas en mi vida, pero solo les pasa a personas que viven o tienen sentimientos cercanos a mi, soy por decirlo así, un gafe.

Llegue al final de mi trayecto el portal de mi casa, subí las escaleras en silencio y entre en casa, coloque las gafas en la mesa de la entrada, cogí la silla que se encontraba a mi derecha, la coloque en frente de la ventana de la terraza, abrí las ventanas y levante las persianas, entraba en sol por aquella ventana.

Me fui a mi cuarto y me cambie de pantalones y de zapatos, poniendo unos pantalones vaqueros algo rajados y unas converse viejas negras. Me senté en la silla que estaba enfrente de la ventana de la terraza, me quite la camiseta, cogí un viejo espejo de mano, me enfoque el contra espejo en la espalda, y me vi el símbolo o marca de nacimiento que tenia en la espalda.

-Tu eres lo que me ha dado vida y me la has quitado…

Tire el espejo contra el suelo, se rompió seguidamente en pedazos, en miles de pedazos. Saque un cuchillo de los vaqueros rajados, y mire al sol…

-Mi mundo fue la oscuridad de no haberme enterado si quiera de haber nacido, tu, querido sol eres el principio del día, la luz, que nos ciega si te miramos directamente a los ojos, esa luz que otorga nuestra vida, bueno la de algunos, esa luz que da sentido de esperanza y alabanza al principio del nuevo día, esa luz que vera como de un principio se puede hacer un final, el final de mi existencia…

Pase el cuchillo por las venas de mi mano derecha, haciendo un corte bastante profundo, deje el cuchillo en un lado, y espere aquel momento, al pasar un poco tiempo los ojos empezaron a pesarme y mi corazón latía mas lento, el suelo estaba lleno de sangre, y mi final se acercaba, al fin cerré los ojos…

domingo, 6 de noviembre de 2011

Capitulo 5. Close your Eyes

Todo para mi quedo en silencio, no escuchaba las palabras de mi compañeros, no escuchaba al profesor, deje de mirar, mi mirada no tiene un punto de visión, miraba la nada de frente y no llegaba a inmutaba. Ni los movimiento que me hacia Red con la finalidad de hacerme volver en si funcionaban, después de esas palabras había dejado de existir, solo en cuestión de segundos. No cayo ni una lagrima de mis ojos, solamente se notaba la ausencia de sentir. Logre reincorporarme, me levante y fui caminando lentamente hacia el lugar del profesor.

-Señor London vuelva usted a su sitio, ¿acaso se cree que esta usted en su casa?

No hice caso, continué como si ni siquiera me hubiera hablado, actuaba por libre, el profesor comenzó a gritarme, mis oídos dejaron de funcionar, no quería oírlo, pasaba de el en ese mismo momento, me coloque delante de el, el se quedo perplejo no sabia que iba a hacer o decir, después de cómo había pasado de el no podía esperar nada de mi.

-¿Cuándo ha ocurrido?
-¿Qué le pasa a usted por la cabeza?, ¿se cree usted que es alguien para interrumpir la clase y preguntarme lo que usted quiera?
-¿Cuándo ha ocurrido?
-¿Es usted sordo?
-¿Y usted?. Responda, ¿Cuándo ha ocurrido?
-A mi usted no me habla tan maleducadamente, váyase usted a jefatura de dirección, esto no se va a quedar así…

El profesor hizo el movimiento de coger la hoja para ponerme un parte, cuando le pare el brazo. Le coja por el brazo y ejercí fuerza sobre el impidiendo que lograra mover el brazo. En ese momento todos mis compañeros se quedaron sin palabra.

-Repito, contésteme usted por favor, ¿Cuándo ha ocurrido?
-¡¿Qué esta haciendo?! ¡Suélteme!, esto se llama agresión y le va a costar muy caro.
-¿Por qué se hace el tonto?, - apreté mas fuerte –
-Aaahh…
-Se lo repito por ultima vez, ¡¡¡¿CUANDO HA OCURRIDO?!!!
-H-ha sido, esta mañana, pero por dios ¡suélteme!
- - Le solté - No era tan difícil, ¿no?, respóndame ya una ultima pregunta:  ¿donde la puedo encontrar?
-¡Yo que se, vaya al hospital de Santa Marta, supongo que estar ahí!

Me gire sobre mi mismo y me dirigí hacia la puerta, salí de la clase mientras mis compañeros no paraban de mirarme, pero en ese momento no era persona, era un ser extraño sin sentimiento ni ser, no veía nada mas de mi. Doble la esquina y empecé a bajar por las escaleras a gran velocidad. A la salida del instituto, pase por delante de un coche a toda velocidad que por poco me atropella, pero no tarde ni un segundo en reincorporarme y empecé a correr sin parar en dirección a el hospital de Santa Marta, por mi cabeza no pasaba ni un pequeño pensamiento, solamente pensaba en ella, Ángela, solo en ella. Crucé un puente ‘encharcado’, estaba lloviendo muy fuerte, eso lo tuve a mi favor, necesitaba mojarme, recapacitar sobre todo, pero en ese momento no podía hacer lo único que podía hacer es correr sin parar, hasta conseguir verla…
Me pare justo a las puertas del Hospital, entre a el por la entrada principal, había una cola para recepción de por lo menos 30 personas pero no podía esperar me colé con gran velocidad por delante de las 30 personas, esas personas que no paraban de gritarme e incluso empujarme, pero no les hacia caso solo tenia una misión. Llegar.

-Perdone, - respiraba deprisa - ¿Dónde puedo encontrar a Ángela Lennon?
-¿Cuándo ha sido ingresada?
-Hoy mismo, es importante, por favor dígame donde esta…
-Un momento por favor… - paso un pequeño rato, para mi paso un mundo – Acaba de ser llevada a planta, esta en la habitación 30. Lo sien..

Pero no me dio tiempo a escucharla, después de haber dicho en la habitación que se encontraba salí disparado. Subí por unas escaleras, y crucé el primer pasillo a mano derecha, de lejos vi el numero de habitación nº 28, me coloque enfrente de esa puerta y busque correlativamente el 30, mire hacia mi izquierda y allí se encontraba, la puerta estaba media abierta, y se escuchaba bastante ruido. Corrí hasta ponerme delante de la puerta, la abrí, y dentro no había nada solamente se encontraba una señora llorando..

-Per-perdone, ¿esta es la habitación de Ángela Lennon?
-Si, - se echo a llorar -, esta era la habitación de Ángela Lennon, se la acaban de llevar en el féretro para montarla en el coche, por la salida de emergencias..

Nada mas oír eso salí disparado hacia la salida de emergencia, me choque con una mujer, de mis ojos comenzaron a salir pequeñas lagrimas. Llegue a la salida de emergencias, y allí vi el féretro entrando en el coche, al lado de el se encontraban unas flores que ponían: ‘Hasta siempre, Ángela’.
Tape mi cara y le di la espalda al féretro, y volví sobre mis pasos, totalmente inmutable. No vi ni a un  hombre que se acercaba en la dirección que yo me alejaba.

-Tranquilo, te levantaras, esto solo acaba de empezar – y me dio una palmadita en la espalda, mientras continúo andando hacia la puerta –

En ese momento cerré los ojos, y continué mi lento y acompasado caminar, cuando las campanas comenzaron sonar…

Capitulo 4. Réquiem

Quede totalmente quieto bajo la lluvia, mientras vía la silueta de Ángela como corría alejándose del lugar en el cual me encontraba yo, no podía pensar con claridad, no sabia que debía de hacer realmente ahora, no sabia si debía de salir corriendo, si debía de llorar, si debía de alegrarme porque ‘ella’ me había besado, no conseguía pensar en absolutamente nada, solo me mantenía de pie, mientras cada gota de agua me caía encima, como si de un árbol inmóvil se tratase…
De repente apareció Red con un paraguas, y me abofeteo la cara, por cual hecho conseguí volver sobre mi mismo.

-¿Qué coño haces ahí parado?
-N-nada…
-¿Ya te has visto con esa chica?
-Si… Espera – mi gire para mirarlo de frente - ¿Cómo sabes tu lo de la chica?
-Vi la nota que te llego en clase, recuerda que aunque parezca que estoy atiendo no lo hago, solamente divago mi mirada hacia el profesor.
-No se que decirte…
-No tienes que contarme nada que tu no quieras, pero… ¿Te la has ligado ‘oke’? – y me golpeo en el brazo –
-¡Au!, no era ese el motivo de nuestra quedada, ¿ o si ?, no lo se estoy echo un lío…
-¿Es que te ha dado calabazas?
-No es eso, es una historia muy larga…
-Como ya te he dicho, no te voy a forzar a que me cuentes algo que no quieres hacer.. – y me sonrió –
-Gracias, cuando este preparado lo haré..
-Anda y vamonos que te acompaño a la puerta de casa, que estas empapado y puedes coger un resfriado..

Red me acompaño a la puerta de mi casa, aunque realmente no sabia si era eso lo que yo quería.

-Hasta luego Red, y Gracias de nuevo..
-Para eso estamos los amigos, ¿no?, llámame si me necesitas para algo, estaré disponible las 24 h del día.

¿amigo?, ese era un extraño concepto para mi, ¿realmente consideraba a Red como amigo?, no puedo contestar con seguridad a eso, pero puedo asegurar que si no lo es va por el camino de ser mi único ‘amigo’…
Entre en casa todo mojado, y fui directamente a la ducha sin esperar en nada mas. Me metí en la ducha con ropa incluida, solo quería que el agua fluyera por mi cuerpo y me ayudara a recapitular todo aquello que había ocurrido en unas pocas horas. Me senté en la ducha y fui quitándome la ropa para quedar totalmente desnudo y quitarme esa ropa mojada… Estuve aproximadamente 1 y media metido en la ducha pensando en Ángela, en mi supuesto hermano ‘Jake’, en mi verdadero nombre, en mis padres, en todo lo que había ocurrido en mi vida anteriormente y un dato muy relativo que hacia esa marca de nacimiento con forma de triangulo en mi espalda, y lo que mas me inquietaba, ¿Por qué Ángela también lo tenia?... Demasiadas preguntas sin respuestas… Quizás todo lo que ella me había dicho se trataba de una bonita mentira, pero, ¿Por qué motivo lo haría?... Estaba completamente liado. Cuando salí de la ducha, me senté en mi salón a mirar las vista que tenia desde mi pequeño piso, todo estaba nublado (como de costumbre), después de horas deliberando lo que iba a hacer logre decidirme por una cosa, debía volver a ver a Ángela, debía de ir al instituto y verme frente a frente con ella, por una parte para que me pudiera explicarme todo lo que me había dicho, y por otra parte para volver a besarla… esa noche me acosté temprano con la finalidad de levantarme lo mas pronto posible…

Sonó el despertador, era la hora de ir al instituto, me vestí rápidamente y salí corriendo para el instituto. Me encontraba sentado al final de la clase al lado de Red como siempre, a la hora exacta sonó la sirena dando por empezar las clases, apareció el profesor, y como de costumbre Ángela no había llegado, pasaron 5 minutos y comúnmente ella llegaba, pero ese día no… El profesor nos dijo una noticia de ultima hora:

-Chicos, chicas siento deciros que vuestra compañera Ángela Lennon no podrá volver a clase por un largo tiempo si es que logra volver a clase… Ángela ha tenido un accidente y ha sido atropellada por un coche…

En ese momento había muerto…

Capitulo 3. Gotas de Lluvia

-¡¿Tu?!
-¿A quien esperabas?
-¿E-eres t-tu?
-¿Acaso no lo ves?. Si, soy yo.

Se trataba de Ángela esa chica que siempre llegaba tarde, esa chica que me hacia preguntarme por ella, que me inspiraba tranquilidad y a la vez rebeldía, ella era pelirroja, de mediana estatura, con ojos verdes..

-¿Por que no me habías hablado antes?, ¿Por qué no me lo habías dicho antes? ¿Por qué..? – Me había quedado solamente de piedra –
-Simplemente no era el momento
-¿Y hoy si es el momento?
-Por una serie de acontecimientos si lo es. – ella tosió –
- - trate de asentir - ¿Cómo puedes saber ‘mi secreto’ si ni si quiera yo lo recuerdo bien?
-Por que yo estaba presenta inconscientemente cuando sucedió todo.
-¿Tu?
-Si, yo estaba presente cuando esas personas mataron a tu hermano Jake.
-¡¿Jake?!, perdona pero te equivocas, yo soy Jake.
-No, tu eres Jim, ellos quisieron hacerte creer que eras Jake, pero tu hermano esta muerto.
-¡Mentirosa!, yo no tengo hermanos, mi madre murió cuando yo nací, y mi padre murió cuando yo tenia apenas 3 años de un paro cardiaco.
-Mentiras y mas mentiras, ¿Qué referencias tienes para creer en la muerte de tus padres? ¿Los has visto alguna vez?..
-Pues no, pero tengo fotos solo con mi padre…
-¿Seguro que eras tu?
-¡Claro, como no voy a ser yo si no existe otra persona que sea igual que yo!
-Quizás existiera tu hermano gemelo Jake, que en paz descanse.
-¡NOO! MENTIRA, NO ES REAL, NO INTENTES COMERME LA CABEZA, NO ESCUCHARE.
-Supongo que con esto bastara.. ¿No te suena raro que tenga en medio de tu espalda el símbolo de un triangulo por marca de nacimiento?
- -me quede sorprendido- ¿Cómo sabes tu eso? ¿Me espías?

Ella se quito su chaqueta, y se subió la manga de la camiseta, mostrándomela, me quede perplejo cuando pude ver que ella también tenia la misma marca en el brazo..

-Es una pena que no pueda explicarte nada mas Jim, lo demás deberás descubrirlo por ti mismo, recuerda que nada de lo que sabes es cierto, lo único real de aquí eres tu..

Se acerco hacia donde estaba yo, paralizado, en estado de SHOCK, estaba en frente y me beso en la boca, mientras nos besábamos empezó a llorar, no podía asimilar lo que estaba pasando, mi vida se derrumbaba en cuestión de minutos, pero ahí estaba ella, haciéndome renacer del mismísimo infierno, y yo sin saber por que… El beso concluyo, y cuando mire su hermosa casa estaba llena de lagrimas, unidas por las gotas de lluvia que acababan de comenzar a caer.

-Adiós Jim, digan lo que digan recuerda siempre esto, TE QUIERO.
Y se marcho corriendo bajo la lluvia…

Capitulo 2. Neblina

El profesor continuaba dando su perfecta charla de cómo seria el examen, mientras yo me encontraba en mi mundo, pensando en mis cosas y pasando de el completamente. Red mantenía su mirada fija en el profesor, ¿realmente estaba atendiendo o solo lo parecía?
De repente desperté por culpa de James, un compañero que se encontraba sentado delante mía.
-Toma Jake, me han dicho que te lo pase.

Era una nota, una nota… ¿Para mi?, no lo entiendo, no tengo simpatía ni conexión con ninguno de mis ‘compañeros’ que fueran ni Red ni James, entonces… ¿De quien era?
Abrí la nota y me puse a leerla, en ella ponía:

‘’Seguramente no esperabas que alguien pudiera escribirte una nota, crees que estas solo pero no es así, aunque no lo manifieste sentimentalmente estoy contigo, se lo que te ocurrió cuando eras chico, y por eso no quieres relacionarte con nadie, pero tranquilo nadie mas lo sabrá, si quieres saber algo de mi ven a las 19.00 H al puente que se encuentra detrás del instituto. Suerte Jim.’’

¿Quién sabia esas cosas sobre mi?, ¿A quien le importaba yo? Si lo yo no quiero que nadie me preste atención solo quiero ser uno mas, solo quiero ser el chico que se sienta atrás solitario y sin apenas ‘amigos’. Guarde rápidamente la nota dentro de la mochila, y mire hacia Red, por lo que se ve continuaba atendiendo al profesor, no se que como lo aguantaba si lo único que hacia era hablar y hablar durante las 2 h que tardaba la clase.

Eran las 16.00 de la tarde, y salí del instituto, despidiéndome únicamente de Red, volví a mi casa, deje la mochila nada mas entrar en el sofá, me dirigí a la cocina, me prepare las comida, poca pero algo es algo, no podía quitarme de la cabeza esa nota, no sabia quien era ni que pretextos tenia para escribirme a mi una nota de ese calibre, no sabia si ir o no ir, no sabia como reaccionaria al tenerlo enfrente sea quien sea esa persona..

Se acercaba la hora, ya eran las 18.30, mi casa no estaba situada muy lejos del instituto, por lo cual aun me quedaba un poco de tiempo para decidir si iba a ir a ese lugar o no.
Finalmente decidí ir, pero antes tenia que prepararme, me di una ducha de agua fría rápidamente, me vestí con una camiseta roja que tenia tirada en la cama, cogí mi bufanda de rayas y me puse un suéter de algodón, además de unos vaqueros y mis covers verdes.

Abrí la puerta de mi casa, baje las escaleras hasta llegar a mi portátil abrí la puerta y por fin me encontraba en la calle, hacia un tiempo desastroso, estaba chispeando, y se había levantado una neblina que no podía dejar de ver a lo lejos… Me puse en marcha y llegue al lugar 15 minutos después, permanecí de pie a la espera de que aquella persona apareciese, y a los 5 minutos apareció…

-¡¿Tu?!
-¿A quien esperabas?
-¿E-eres t-tu?
-¿Acaso no lo ves?. Si, soy yo…

Capitulo 1. Playas en Invierno

Me encontraba allí sentado, solo, no había nadie mas, eran aproximadamente las 6.30 de la mañana, el solo aun no había salido, y yo me encontraba sentado en la arena de la playa en pleno invierno. Podría sonar raro, pero era el justo momento para encontrarme con mi mismo, siempre que me sentía raro o extraño por cualquier circunstancia iba a esa playa y me sentaba solo, ha recapacitar de todo lo que me había ocurrido, y realmente funcionaba siempre que salía de aquella playa me sentía bien conmigo mismo.
El sol comenzó a salir por el horizonte de la playa, había llegado el momento de retirarme de aquel sitio y volver a la civilización. Volví a mi casa (vivía solo) me di una pequeña ducha, desayune y me fui a la universidad, estaba estudiando informática, me quedaban solo 2 años para sacarme el titulo universitario de Informático.
Llegue al instituto, y entre en mi perfecta clase, en ese lugar había veces que me sentía extraño, confuso… por algunas veces me lo pasaba muy bien pero otras veces, no, no se si era por o por mi compañeros de clase, yo pienso que era por mi, hay algunas veces que prefiero desconectar para no entablar lazos fuertes con otras personas, se podría decir que me considero un llanero solitario, no me gustar tener realmente ‘amigos’, solamente tengo ‘compañeros’ nada mas.
Ese día cuando entre en clase, me senté en mi silla (situada al final de la clase y sentada al lado de mi ‘compañero’ Red), y nada mas sentarme Red me miro y empezó a hablarme:

-¿Qué tal te has levantado hoy, Jake?
-Nada fuera de lo común, como siempre, todas las mañanas son una monotonía.
-Tan filosófico como de costumbre, me encanta que empieces el día de esa forma.

Red era uno de los pocos ‘compañeros’ que tenia en clase, desde chico ha estado en todos los cursos conmigo, y siempre me ha apoyado en lo que yo le he permitido, lo considero una persona de cierta confianza, solo tenia un problema y es que hablaba demasiado.

-¿Qué crees que entrara en el examen de hoy?
-Supongo que todo lo que hemos dado, ¿no crees?
-Eso lo se, me refería ha si tu intuición extrasensorial, puede ver una pregunta segura que caiga.
-Mi intuición extrasensorial como tu dices, no ve nada.
-Pues vaya…
-¿Tu no has estudiado?
-Ehmm… S-si ¡Claro!, ¿Cómo puedes dudarlo?
-No has estudiado.
-¿Ves como tienes una intuición extrasensorial? – y se echo a reír –
-Eres capaz de conseguir lo que quieres. – respire fuertemente –

En ese mismo momento entro ella, como siempre solía entrar tarde, y tenia una cara de haberse despertado hace 5 minutos, no como yo que llevaba 2 horas despierto.
También llego el profesor de Informática y se puso a darnos una charla antes del examen que teníamos a ultima hora.

-Es la hora, comienza la fiesta…

Prologo.

En un abrir y cerrar de ojos me di cuenta de que estaba encima del tejado, y sin darme casi ni cuenta había comenzado a correr, escapando de ‘algo’ que me perseguía que no me dejaba vivir tranquilo, que perecería detrás de mi ansiadamente con el fin de agarrarme y tenerme entre sus manos.
No podía respirar tranquilamente, mi corazón latía demasiado rápido parecía que se iba a romper en cuestión de segundos, la bufanda que llevaba puesta sobre mi cuello ondeaba sobre mi espalda del viento que se había producido por la rapidez de mis zancadas, el viento me azotaba cada vez mas fuerte, el cielo estaba nublado, y hacia una temperatura de 3 ºC aproximadamente, pero eso no era motivo para que yo parara de correr, saltar y caer sobre los tejados de las demás casas huyendo de ‘algo’ que no sabia lo que era, ‘algo’ que me aterraba y que no me dejaba tranquilo, y al cual le tenia que dejar atrás por que si no seria mi perdición.
A lo lejos oía a la gente gritar cosas, intentar hablarme pero no podía hacerle caso, solo podía correr e intentar respirar, en mi cabeza tenia como el sonido de un violín tocando mi propio Réquiem el cual no quería que llegara aun. Mientras saltaba una de las veces de una casa a otra, recordé su cara, su pelo, su aroma, su forma de hablar, de vestir, de actuar… recordé como era, como quería que fuese, y que quería estar con ella, eso seria otro motivo por el cual no podía dejar de correr, pero cada vez mi aliento iba disminuyendo, y las piernas me pesaban muchos mas de lo común, los músculos iba reaccionando ya bastante tarde, y mi cabeza no podía parar de pensar en ella.., sin previo aviso las piernas me fallaron y caí después de saltar al tejado de una de las casas, por culpa de esa caída me rompí el pantalón, y el abrigo, quede un tiempo caído sobre el tejado, mi cuerpo ya no reaccionaba, solamente mi mente era la que actuaba y ya estaba diciendo ¡BASTA!, cuando de repente el sonido de una canción inundo sobre mi cabeza, y volvió a recodarme a ella, esa persona por la cual luchaba, soñaba y amaba. Cogí fuerzas de no las tenia y me levante como pude sangrando, mire hacia atrás y vi un ropaje oscuro que venia hacia donde me encontraba yo, gire la cabeza y volví a correr, incansadamente, la luna se puso sobre mi cabeza, no podía parar de correr porque podía ser que ese ‘algo’ se cobrar mi vida, mis sueños y sobre todo mi amor.
Cuando ya dejaba de reaccionarme todo, pare en seco, me quede mirando el suelo, tenia la mirada perdida, rápidamente cerré los ojos un segundo, y los volví a abrir, mire hacia el frente, y vi lo que pensaba que no ocurriría nunca, enfrente mía no había nada, solo oscuridad, todo estaba negro, de repente empezó a llover sobre mi cabeza, quede quieto sobre el final del tejado, observando la nada.
No tarde mucho en asimilar lo que iba a ocurrir, cogí y me deje caer por el tejado hacia la nada…