viernes, 18 de noviembre de 2011

Capitulo 7. Cero

Era joven, desde que tenia 5 años solo hacia juguetear por aquella calle, la calle donde había crecido. Me encontraba en esa calle, reviviendo viejos tiempos, y esperando compañía, aquella persona que me ha acompañado desde muy joven siendo mi fiel compañera en los mejores y en los peores momentos. Cuando tenia solo 5 años llegue por primera vez a esta calle, a mi nueva casa, donde pasaría toda mi juventud, aquella que me haría ser lo que soy ahora mismo. Cuando llegue, me parecía todo extraño, no tengo recuerdo de mi anterior etapa pero por lo que me han contado vivía en el campo, ese cambio de campo a ciudad consiguió introducirme en la sociedad. Comencé a ir al colegio que había cercano a mi casa, se llamaba Escuela Publica Don Ricardo Maestre, hay pase la mayoría de mi etapa estudiante, soy un chico de sacar buenas notas, siempre me ha gustado estudiar, cosa que a la gente le parecía raro, pero a mi lo que dijera la gente no me importaba en absoluto mi importancia estaba en ella, esa chica que vivía al lado de mi casa, y que por suerte estuvo en mi clase durante toda la etapa del colegio, la mala suerte vino cuando pasamos al instituto que ella se fue a otra ciudad, desde entonces no la he vuelto a ver, hasta hoy, después de 4 años sin vernos volveré a verla, no se como será, que actitud tendrá, pero no creo que haya cambiado, ella nunca cambiaria.

Allí continuaba, sentado en una pequeña cafetería situada en frente de mi antigua casa, eran aproximadamente las 16:00, y había quedado con ella sobre las 16:30. Había llegado tan temprano con la intención de volver a recordar aquellos recuerdos de niño, aquellas partidas de fútbol que jugaba con mi amigo Andrés y con Carlos, nos lo pasábamos genial, éramos inocentes, ahora no se que les habrá pasado, he estado en sus antiguas casas pero ya no viven ahí se mudaron después de que yo me fuera a estudiar a la capital. Tantos recuerdos me hicieron pasar la noción del tiempo…

-Perdona, ¿eres Jake?
-El mismo, veo que has cambiado mucho. –sonreí abiertamente y ella hizo lo mismo-
-¿Yo?, que va, el que has cambiado eres tu.
-Vale, lo admito, porque si no nos podríamos tirar horas y horas con lo mismo.
-Estoy de acuerdo contigo.
- -ella se sentó enfrente mía- ¿y que es de tu vida?
-Nada fuera de lo común, continuo viviendo en la capital, pero de vez en cuando me gusta darme una escapadita. ¿Y tu?
-Yo ahora vivo en Galicia, un tiempo algo inestable, pero me gusta aquel ambiente. ¿Continúas estudiando?
-Bueno… alguna cosilla que otra hago, con el paso del tiempo algo se aprende.
-En eso te doy toda la razón, ahora que me acuerdo en esta calle también vivían otros amigos tuyo, ¿no?
-Si, aquí vivían Andres y Carlos, ¿te acuerdas de ellos?
-Para no acordarme si siempre se os daba por tirarme cosas en clase
-Yo nunca era –refunfuñe-
-Eso era lo que tu decías, pero no me lo creía entonces ni me lo sigo creyendo – y empezó a reírse –
-Pues yo no le veo la gracia, si es que era verdad, yo nunca te he tirado nada – volví a refunfuñar –
-Vale, vale, te creeré por esta vez, no creo que sigas siendo un niño chico
-Bueno… todavía queda algo en mi de aquel pequeño niño, pero lo mas infantil se paso.
-Te parece, que sigamos hablando mientras damos una vuelta por este lugar, quiero recordar viejos tiempos.
-Yo también necesito volver a recrear tiempos pasados.

Me levante de la silla antes de que ella lo hiciera, y le ayude a levantarse de la silla de forma educada, ella me lo agradeció con un sonrisa. Salimos de aquella para dar una vuelta a la manzana, el primer sitio donde estuvimos fue en el colegio, aquel lugar nos recordaba bastante tiempo pasado, aquellos profesores que nos cogían manías, aquellas partidas de fútbol en el recreo, aquellos días de lluvia y de ‘fiestas’ si es que se puede decir así, cuando vimos la antigua puerta del colegio sentí nostalgia de aquel lugar, y pienso que ella sentía lo mismo que yo, porque esbozo una sonrisa en su cara, pienso yo que rememorando viejas batallitas en aquel lugar, para ella el lugar de su infancia, para mi además el ultimo lugar donde estuve con ella, mi pensamiento era: ¿Pensara ella al igual que yo?, pero eso no lo podía saber por que no soy vidente.

Nuestra segunda parada fue la antigua biblioteca municipal, detrás de ella había un gran prado llena de flora extraña que solo nacía en ese lugar, de chicos nos gustaba ir a aquel lugar y correr por el prado, terminando tirados en aquel lugar, respirando aire limpio y disfrutando de aquella juventud que terminaría por pasar.

Nuestra tercera parada fue el viejo parque del pueblo, donde en el centro se encontraba una vieja estatua de la cual ya brotaban flores, al llegar a dicha estatua nos paramos.

-Jake, ¿crees que volveremos a vivir en este pueblo?
-Pues, no lo se, pero realmente me gustaría volver aquí..
-A mi también me encantaría volver…
-Supongo que nuestro destino terminara determinando donde acabaremos.
-Creo que es hora de dejarnos de rodeos…
-¿Rodeos?, ¿a que te refieres?
-No te parece raro que te llame para volver a vernos en el mismo lugar donde comenzó todo…
-¿Raro?, ¿mismo lugar donde comenzó todo?. No lo entiendo.
-Todo esto tiene una sencilla explicación.
-…
-¿Confías en mi Jake?
-¿Acaso lo dudas?.
-No digo que lo dudes, solo te pregunto que si confías en mi.
-Si, confío totalmente en ti.
-Pues te pido que te vengas conmigo a Galicia.
-Espera, ¡¿Qué?!
-Quiero que te vengas conmigo a Galicia.
-¿Y esto a que viene?
-Te lo explicare cuando estemos allí, pero necesito que vengas conmigo.
-Te he dicho que confiaría en ti, pero por lo menos explícame algo.
-Ahora mismo no puedo, necesito que me hagas caso.
-Pero… yo tengo mi casa en Madrid, mis estudios y todo.
-Lo se… pero esto es mas importante.
-…
-Necesito una contestación, por favor, hazlo por mi.
- - tarde unos segundos en reaccionar – Veo que si es importante.
-En efecto, te lo contare todo allí.
-Confío plenamente en ti Ángela, pero primero debemos de ir a Madrid a por unas cosillas.
-Vale, acepto. – y me sonrió y acto seguido me abrazo fuertemente -.

No hay comentarios:

Publicar un comentario